domingo, 9 de junio de 2013

¿En qué consiste crear las mejores condiciones para que el alumno aprenda?

Cuando yo iba al colegio, la única fuente de información era el maestro, me acuerdo que todo lo apuntado era un tesoro, puesto que si lo perdía ¿dónde lo iba a encontrar otra vez? Recuerdo que no tenía enciclopedia en casa y que para hacer un trabajo tenía que ir a la biblioteca, también que compré un mapa político enorme y lo tuve colgado en mi cuarto mucho tiempo, aquello me parecía increíble, tener un mapa que poder consultar cuando quisiera. El conocimiento estaba limitado, todo era accesible mediante dinero, era frustrante, cuando se tienen ganas de aprender y no se tenía acceso a ello.
He vivido de cerca la evolución de la informática, puesto que familiares míos tenían ordenadores en casa cuando yo era niña y los he utilizado para jugar y para ver jugar. Aquello me parecía fascinante me quedaba mirando horas y horas.
 Así en el instituto, cuando tuve acceso a la informática, todavía era un mundo bastante cerrado aunque yo ya había tenido algún contacto que otro con ella. Por mis estudios de formación profesional tuve una enseñanza práctica mezclada con teórica, en la práctica usaba los ordenadores y algún trabajo manual y para la teórica casi todo era el profesor enseñando (o intentándolo) en su mesa y todos los alumnos atendiendo, aunque hubo sus excepciones en algunas asignaturas como ciencias naturales y física, de las que todavía recuerdo muchas cosas  y del club científico del que conservo el gusto por la astronomía.
¿En qué consiste crear las mejores condiciones para que el alumno aprenda? según Tonucci se puede formar a una persona en muchas habilidades, pero se sigue fomentando sobre todo la memorística sobre todas las demás, aunque cuando sales al mundo real en un trabajo, te piden de todas las habilidades y ni que decir tiene si hablamos para desenvolverte en tu vida diaria. Así agradezco que haya recibido una formación en parte práctica, porque me ha dado la posibilidad de ver que hay otras formas de aprender más entretenidas y más dinámicas, ha fomentado algo en mí que es la flexibilidad y adaptabilidad a lo nuevo e inesperado.
Cuando yo estudiaba los maestros se encontraban muy limitados, y no tenían acceso a muchos medios aunque pienso que podían haber sido más creativos y no ceñirse tanto al libro de texto y hacer la enseñanza más práctica y menos repetitiva, terminabas “aprendiendo” por aburrimiento. Acercar el mundo de fuera a la escuela y sacar la escuela hacia afuera, que todos aprendiéramos de todos y no habernos tratado como cabezas vacías que había que llenar como quién llena un vaso de agua.
Así que hoy en día que todo esto se siga prolongando me parece absurdo, cuando a un click tienes todo el conocimiento, y cuando la vida se ha vuelto, más dinámica, no hay que enseñar contenido vacío e inconexo, según el informe Delors hay que basarse en los cuatro pilares de la educación: Aprender a convivir, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a ser. Esto es a mi entender aprender de las diferencias, fomentar las habilidades de investigación y de búsqueda, enseñar a pensar cómo hacer algo por ti mismo y a crear en la persona buenos valores como la solidaridad, comprensión, empatía, etc.
De esta forma el maestro tiene que ejercer otro papel, tiene que ser un gestor de los medios que tiene a su alcance y más aún hoy en día, cuando tiene tantas posibilidades a su alcance, y si no las tiene saber adaptarse y manejarse con el material que tenga. Tiene que tener inventiva y pensar cómo hacer que los alumnos aprendan y que les guste y que ir a la escuela tanto para él, como para sus alumnos no sea un tormento todos los días, si no una alegría y un sitio donde descubrir y aprender tanto el de sus alumnos como ellos de él. Quizá dar con el método adecuado, lleve toda una vida o quizá no se consiga, pero creo que cuando alguien pone esfuerzo en algo, nunca debería suspender.

miércoles, 5 de junio de 2013

Evaluación: ¿Se puede medir el aprendizaje?

¿Qué si se puede medir el aprendizaje? yo pienso que sí, de hecho se mide todos los días, se hacen exámenes con notas numéricas, los padres hacen comparaciones: ¿tu hijo lee ya? ¿No? el mío sí, es que mi niño tiene mucha facilidad para aprender. Se piden trabajos para casa: yo tengo un notable ¿y tú? Yo un aprobado, es que mi trabajo era de ocho páginas y el tuyo solo tenía tres. Otra cosa, es que se deba medir algo tan subjetivo como el aprendizaje, porque al medirlo estamos cometiendo una injusticia.
Medir el aprendizaje es evaluar, es estratificar al alumnado, es clasificarlo, atiende solamente al resultado y no se fija en el proceso. Esto viene a decir, que si tenemos un alumno que no trabaja nada durante el trimestre, pero sin embargo estudia poco rato, se queda con todo y aprueba el examen y otro que trabaja mucho y estudia mucho pero al final hace peor examen, se comete una injusticia. Es como el dibujo de Frato en el que salen diversos animales y a todos se les pide subir a un árbol, en esa tarea el mono siempre ganará.


Se les juzga a todos por igual, se deposita el resultado de todo el trabajo realizado durante un tiempo en un día, anulando según el resultado todo lo anterior. No tiene en cuenta las características personales del alumno. Si pese al trabajo duro obtienes mala nota, te están diciendo que tu trabajo no vale, lo que causa desmotivación, apatía y puede llevar al fracaso escolar.
Todo aprendizaje significativo, que no es modificación de la conducta, no se puede medir, aunque se empeñen en hacerlo. Nunca se podrá saber con certeza si un alumno ha interiorizado lo que pretendemos enseñar, si ha modificado sus esquemas cognitivos.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, la evaluación es un método más justo, se pueden utilizar diversos sistemas, es decir utilizar actividades para todos los animales de la viñeta de Frato, como el portafolio, el trabajo por proyectos, etc.
Valora sobre todo el proceso y no el resultado, es participativa los alumnos pueden dar su opinión y se le debería pedir, de hecho. Su objetivo principal es detectar las debilidades para hacerse más fuerte en ese tema, o encontrar problemas haciendo cualquier tarea e intentar aportar ideas para solucionarlos.

domingo, 26 de mayo de 2013

Diarios de la calle

Esta película que vimos en la clase de didáctica, cuenta la historia real de como una profesora recién salida de la facultad encara su primer puesto de trabajo en un instituto. Es destinada a uno, en el que por una ley reciente, han tenido que integrar a alumnos de barrios diferentes, y por consiguiente de etnias y culturas muy diversas, asunto este muy común en algunas ciudades de Estados Unidos. Todo esto crea un clima de hostilidad en el colegio, puesto que estos alumnos tan diferentes, tienen luchas en sus barrios entre bandas, trasladando sus enfrentamientos al centro.
Le toca la clase de alumnos “más lentos”, con chicos totalmente enfrentados y conflictivos, pese a lo cual, encara su labor con mucho entusiasmo.  Se encuentra con una clase totalmente desmotivada, al principio, empieza a enseñar al modo tradicional, luego adapta su metodología buscando relacionar su asignatura con cosas que pueden motivar a su alumnado. Pero hay un punto en la película, que cambia el chip, es como si se replanteara todo lo aprendido, es el punto en el que se plantea que tiene que conocer que pasa en su aula, ¿por qué sus alumnos no quieren aprender? ¿Qué les pasa por la cabeza? ¿Cuáles son sus problemas?
En el centro, estaba prohibido hablar de asuntos problemáticos, como peleas, tiroteos, etc., pero ella desobedece, busca recursos para que aprendan y al encontrarse sin ningún apoyo, no se rinde y toma un camino distinto y contracorriente.
Encuentra algo que les motiva, y que hace que supere los límites razonables que se le exigen a una profesora, muy pocas personas buscarían trabajo para pagarle las cosas a otras personas, les estaba regalando su tiempo y su dinero, lo que le costó hasta la pérdida de su pareja. Si se hubiera ceñido a las normas, y al sistema establecido, no hubiera cambiado nada, pero lo consiguió contra toda oposición. Consiguió mejorar la vida de sus alumnos, e implantar su metodología en otras aulas, logró modificar lo que parecía imposible que cambiara.
No aparece de donde vino esta metodología de diarios personales, si esto lo estudió en la carrera o lo pensó ella misma, lo que sería interesante averiguar. Puesto que muestra una gran creatividad, y despertó el interés de sus alumnos de una manera extraordinaria, creó una familia dentro de su aula, un clima de empatía, donde las diferencias no importaban y todos podían contar con todos. Los alumnos aprendían sin darse cuenta, se esforzaban más que cualquier persona con orígenes menos humildes, puesto  a ellos se les exige más ya que tienen que lidiar con un entorno poco favorable.
La institución los había catalogados de no válidos, pero ella confió en ellos e hizo que su autoestima subiera, y es que si todo el mundo te dice que no vales acabas por creértelo.

lunes, 13 de mayo de 2013

¿Se puede ser maestro antes de ser maestro?

¿Quién no ha enseñado algo a alguien, alguna vez? ha transmitido ese conocimiento a otra persona, ya sea porque lo quisiera saber por curiosidad o necesidad. Se puede ser maestro antes de ser maestro, de hecho ha habido maestros a lo largo de la historia que lo único que hacían era difundir su conocimiento, ya que este era muy apreciado porque  pocos tenían acceso a él, normalmente, solo la gente pudiente. Ya el modo en que enseñaran, o si resultaba interesante la clase era tema aparte, porque el mero hecho de tener acceso al conocimiento se tomaba como una suerte y un privilegio. Como requisito necesario lo único que necesitaba el maestro, era saber más que los alumnos, y así ha sido hasta hace relativamente  poco, aunque haya muchos que se empeñen en que esto siga así.
Entre esta gente erudita siempre ha habido buenos maestros, esto no es patrimonio de la actualidad, que se preocupaban por sus alumnos, que tenían en cuenta sus fortalezas y sus debilidades y los trataba como personas en su conjunto. Que pensaba la mejor forma de impartir sus clases y que resultaran amenas e interesantes, enseñándoles a aprender y a descubrir, esto no es solo patrimonio de hoy en día.
Es lo que se llama vocación, el maestro al igual que en otras profesiones la necesita, claro que se puede ser maestro sin ella al igual que médico, no se los demás, pero si me dan a elegir yo prefiero que me atienda un médico que la tenga.
La vocación es el primer paso, pero esta es como el talento, que sin trabajo no sirve de nada, esta vocación y motivación tiene que ser orientada hacia un fin, dotar al maestro en potencia de una buena base donde luego se asiente la práctica de la docencia. Pero pese a todo, esta es nuestra mejor arma, con la que nos defendemos al final, en forma de convicciones, ideales, valores y creatividad que son los que al final salen a la luz. Esto se refleja en los estudios de Lacey, en donde las opiniones pedagógicas de los alumnos de una carrera de maestro son las mismas antes y después, porque en el fondo educamos como somos.
En conclusión, para ser maestro hay que partir de una muy buena motivación para cumplir con tu labor lo mejor posible, añadirle una base consistente en cuanto a teoría y para rematar la receta de un buen docente, querer aprender siempre todos los días tener curiosidad e inquietudes  por mejorar y adaptarse, ya que un buen maestro empieza por ser buen aprendiz.

domingo, 7 de abril de 2013

¿Qué escuela queremos para el futuro?

En este proyecto, cada grupo le ha preguntado a un profesional de la educación que escuela quieren para el futuro y para la sociedad en la que vivimos, y todos en mayor o menor medida muestran una total disconformidad con muchos aspectos que se dan en la escuela actual.
Todos coinciden en unas pautas básicas que debería tener la escuela ideal para que cumpla su función, que no es otra que la formación de personas. Ya, a esta alturas, aunque me faltan conocimientos teóricos y prácticos me puedo hacer una ligera idea de cómo sería la escuela perfecta, aquella que cumpliese todas las funciones que estos docentes le atribuyen y de la que a mí me gustaría ser parte en un futuro.
Una escuela planificada y organizada por todas las partes involucradas en la misma, de tal forma que la normativa que la regulara fuera pensada entre todos y llevada a un consenso, con un pacto de estado en la que esta no fuera algo que haya que cambiar según los intereses de unos y otros.
Unas familias y alumnos involucrados en la estructura de esta a los que se les escuche y que sean partícipes de las decisiones que se tomen para mejorarla.  Y si las familias no participan por cualquier circunstancia que la escuela sea un lugar que ayude a los alumnos más desfavorecidos enriqueciéndose todos, en general con la diversidad.
Unos maestros entregados y con vocación, ya que esta es una profesión que la requiere, que lleguen a estos puestos valorándoles las cualidades oportunas para el desarrollo de la misma, que exista una coherencia en la manera de seleccionarlos con el desempeño que luego van a realizar en el aula, de tal forma esto es así que muchos aprenden a ser maestros cuando enseñan y no antes. Que sean conscientes de que son determinantes en la formación de sus alumnos y que si todo lo demás falla, ellos con su esfuerzo pueden marcar la diferencia para mejorar la situación dentro de las limitaciones con las que se encuentren.
Y sobre todo un sitio donde los niños sean felices y crezcan, donde el maestro  no les descubra el mundo, si no que les enseñe a descubrirlo por ellos mismos y fomente la curiosidad y las inquietudes, que sean personas antes que trabajadores.
Pero ¿por qué la escuela que quieren estos docentes se parece tan poco a la actual? y ¿por qué fuera del ámbito educativo mucha gente se echa las manos a la cabeza cuando planteo como debería ser la escuela?
Por ejemplo se cree que si un alumno aprende a leer antes, es más listo o va a tener mayores posibilidades de estudiar algo difícil  en el futuro y con salidas profesionales. Que los niños tienen que saber dónde está Alaska porque si no cuando sean mayores no van a poder mantener una conversación coherente, que los profesores tienen que ser campeones de trivial en vez de tener unas cualidades humanas que fomenten el aprendizaje. Todos estos y muchos más falsos mitos que están instaurados en la sociedad, puede ser porque todo el mundo ha sido alumno alguna vez y por ende se supone que ya sabe enseñar o porque los adultos con hijos, ya tienen esa experiencia piensan que es la adecuada para todos.
Yo comprendí en su momento cuando intente enseñar a alguien sin ganas de aprender que ser maestro  no es una tarea fácil y que requiere de una formación y una práctica para despertar el interés y otros valores necesarios para vivir felizmente en sociedad. Admito también que mi idea de educación y como debería plantearse ha cambiado totalmente estos últimos meses yo también tenía esas falsas creencias, quizá se debería hacer comprender que los docentes son los especialistas en este campo y que a cualquiera que no tenga un mínimo conocimiento no se le puede encomendar esta tarea.